lunes, 13 de diciembre de 2010

Graciosa Ninfa

Fuiste tú ¡Oh graciosa Ninfa!
mi adorada musa en más de una ocasión.
Envolviste mi ser en tu velo celestial
Llenaste mi vida con tu resplandor solar
Preciosa deidad de oscuro corazón
la vida pasas sin propia reflexión
sola en el mundo estás
llena de hastío por tornasol vereda vas
La negrura de la noche te está cubriendo ya
Cansada de placeres y aventura estás
Pérdida en el vacío quieres el abismo remontar
Pero tu gloria de otros días se ha ido ya.
De mi anhelante mano corres al revés,
Sin pensar que lo que persiguiendo vas
Quizá, sólo quizá
Un día yo te lo pude dar.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Ay, güey!!! De lo que más me ha gustado de tus obras, Paco. Me siento plenamente identificado con todas las sensaciones que brillantemente plasmas: la tranquilidad de saber que nadie como uno podrá brindarle el amor y la felicidad que nuestras ninfas/musas merecen, el deseo de encontrarlas al final de todo, sabedoras de "poseer un malgastado milagro" en sus almas y corazones... Te robaría este poema si pudiera, porque bien se que éste pinta mis sentimientos de una manera muy vivaz, cristalina... Me encantó.

    ResponderEliminar
  2. :) liiiindo..así pasa...a veces esos seres tan alejados y hermosos...se vacían y ya no son ni la sombra de lo que eran.

    ResponderEliminar